Enfermedades tratadas

Dolor de rodilla

El dolor de rodilla es una queja común que afecta a personas de todas las edades, limitando su movilidad y por lo tanto, su calidad de vida. Puede ser causado por una variedad de factores, desde lesiones traumáticas hasta condiciones médicas crónicas, por ejemplo:

  • Lesiones deportivas: Como desgarros de ligamentos, esguinces, fracturas o luxaciones, pueden provocar dolor de rodilla. El daño a los ligamentos cruzados anterior o posterior, así como a los meniscos, es especialmente común.
  • Osteoartrosis: Este es un proceso degenerativo que afecta las articulaciones y puede causar dolor, inflamación y rigidez en la rodilla. Generalmente se desarrolla con la edad y puede empeorar con el tiempo.
  • Artritis reumatoide: Una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca las articulaciones, incluyendo las rodillas. Puede causar dolor crónico, inflamación, rigidez en las rodillas y afectar ambos lados del cuerpo.
  • Bursitis: Ocurre cuando las bursas, pequeñas bolsas llenas de líquido que actúan como amortiguadores en las articulaciones, se inflaman. Puede causar dolor al caminar, arrodillarse o apoyarse en la rodilla afectada.
  • Tendinitis: Es la inflamación de los tendones que conectan los músculos con los huesos.

El dolor de rodilla puede manifestarse de diversas formas y los síntomas varían según la causa subyacente, por ejemplo se puede presentar:

-Dolor agudo o punzante

-Sensibilidad o inflamación en la zona afectada.

-Rigidez o dificultad para mover la rodilla.

-Dificultad para caminar o soportar peso en la pierna afectada.

-Limitación en la amplitud de movimiento de la rodilla.

Es importante buscar atención médica adecuada para determinar la causa subyacente del dolor y recibir un tratamiento adecuado que puede incluir descanso, terapia física, analgésicos y en casos graves o cuando otros tratamientos no han tenido éxito, puede ser necesario recurrir a la cirugía para reparar daños estructurales en la rodilla.


Dolor de espalda (Lumbalgia)

El dolor de espalda puede ser una molestia leve y pasajera o una condición crónica debilitante. Independientemente de su gravedad, en algunos casos llega a limitar la movilidad y afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.

Puede tener diversas causas, algunas de las cuales incluyen:

  • Lesiones y esfuerzos físicos
  • Problemas estructurales como la hernia discal, escoliosis, estenosis espinal y la osteoporosis.
  • Problemas musculares
  • Enfermedades y condiciones médicas como la artritis, fibromialgia e infecciones de la columna vertebral

Los síntomas del dolor de espalda pueden variar según la causa y la gravedad de la afección. Algunos de los más comunes incluyen:

-Dolor agudo o punzante que puede irradiarse hacia los glúteos o las piernas.

-Rigidez y tensión muscular.

-Dificultad para moverse o mantener ciertas posturas.

-Sensación de debilidad o entumecimiento en las extremidades.

-Dolor crónico que dura más de tres meses.

Algunas opciones comunes de tratamiento son:

-Analgésicos, medicamentos antiinflamatorios o relajantes musculares

-Terapia física

-Descanso y actividad física moderada

-Cirugía, en casos graves y cuando otros tratamientos no han sido efectivos, se puede considerar para corregir problemas estructurales en la columna vertebral.

Es importante destacar que cada caso de dolor de espalda es único y puede requerir un enfoque individualizado en el tratamiento. Si experimentas dolor de espalda persistente o debilitante, es recomendable buscar atención especializada para un diagnóstico adecuado
y un plan de tratamiento personalizado.


Dolor de cadera

El dolor de cadera puede ser causado por una amplia gama de factores. Algunas de las más comunes incluyen:

  • Artrosis
  • Artritis
  • Bursitis de cadera
  • Lesiones como fracturas, dislocaciones o desgarros de ligamentos.
  • Tendinitis de cadera, que es la inflamación de los tendones que rodean la articulación de la cadera.

Este tipo de dolor puede manifestarse diferentes maneras, por ejemplo:

-Ser agudo, punzante o sordo.

-Se irradia hacia la parte baja de la espalda, el muslo o la rodilla.

-Rigidez y dificultad para mover la cadera.

-Cojera o dificultad para caminar.

-Sensación de chasquido o bloqueo en la articulación de la cadera.

El tratamiento generalmente puede incluir antiinflamatorios o corticosteroides para reducir la inflamación, fisioterapia y cirugía en casos graves en los que otras opciones de tratamiento no han sido efectivas. Esto puede incluir reemplazo total de cadera o reparación de tejidos dañados.


Fracturas

Las fracturas son lesiones óseas en las que hay una interrupción en la continuidad de un hueso. Son causadas generalmente por fuerzas traumáticas que superan la resistencia del hueso. Pueden variar en su gravedad, desde pequeñas fisuras hasta fracturas completas en las que el hueso se rompe en dos o más fragmentos.

Los síntomas comunes incluyen dolor intenso, inflamación, deformidad, dificultad para mover el hueso afectado y en algunos casos, la presencia de un crujido en el momento de la lesión.

El tratamiento puede incluir inmovilización con yeso o férulas, reducción cerrada (realineamiento de los fragmentos sin cirugía), reducción abierta (cirugía para realinear los fragmentos) y fijación con placas, clavos o tornillos. Además, es necesario el uso de medicamentos para controlar el dolor y prevenir infecciones.


Esguinces

Un esguince es una lesión común que afecta los ligamentos que conectan los huesos en una articulación. Se produce cuando los ligamentos se estiran o se desgarran debido a una fuerza excesiva aplicada a la articulación. Suelen ocurrir en los tobillos, pero también pueden afectar comúnmente a las rodillas, las muñecas o los dedos.

El tratamiento puede variar según su gravedad, pero generalmente se deben tomar medidas como el reposo, la aplicación de hielo, compresión, elevación y el uso de medicamentos tanto para el dolor como para la inflamación. En casos graves, puede ser necesaria la inmovilización de la articulación con una férula o un vendaje. Además, la fisioterapia puede ser recomendada para ayudar en la rehabilitación y fortalecimiento de la articulación.


Las lesiones deportivas son lesiones físicas que ocurren durante la práctica de actividades deportivas o ejercicios físicos, pueden afectar a los músculos, huesos, ligamentos, tendones y otras estructuras del cuerpo. Algunas de las más comunes son:

  • Esguinces
  • Torceduras
  • Fracturas
  • Tendinitis
  • Lesiones en el cartílago

Es importante tomar medidas para prevenir lesiones deportivas, como calentar adecuadamente antes de la actividad física, usar equipo de protección adecuado, tener una técnica correcta y no exceder los límites físicos. En caso de lesión, es fundamental buscar atención médica y seguir las indicaciones para una adecuada recuperación.


Cirugía de mínima invasión (artroscopia)

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico utilizado para diagnosticar y tratar problemas en las articulaciones del cuerpo humano. Se realiza mediante el uso de un instrumento llamado artroscopio, que es un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo.

Durante una artroscopia, se hacen pequeñas incisiones en la piel cerca de la articulación afectada. Luego se introduce el artroscopio a través de una de las incisiones, lo que permite ver el interior de la articulación en un monitor de video. Esta visualización directa ayuda a diagnosticar la causa del problema y determinar el tratamiento adecuado.

Además de la cámara, el artroscopio también contiene herramientas quirúrgicas especializadas que se pueden utilizar para reparar o tratar diferentes afecciones. Estas herramientas se introducen a través de incisiones adicionales, si es necesario, y se utilizan para realizar reparaciones, como eliminar tejido dañado, reparar ligamentos, reparar cartílago o realizar otras intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas.

Este preocedimiento tiene varias ventajas en comparación con los procedimientos quirúrgicos tradicionales. Al ser menos invasiva, generalmente produce menos dolor y requiere menos tiempo de recuperación. Las incisiones más pequeñas también reducen el riesgo de infección y permiten una mejor cicatrización. Además, al evitar la necesidad de abrir completamente la articulación, se minimiza el daño a los tejidos circundantes.

Comúnmente se realiza para tratar problemas en las articulaciones de las rodillas, hombros, codos, tobillos y caderas. Otras condiciones que se pueden tratar con artroscopia incluyen lesiones de ligamentos, desgarros de menisco, inflamación crónica de la articulación, osteoartritis, inestabilidad de la articulación y ciertos tipos de fracturas articulares.

Es importante tener en cuenta que la artroscopia es un procedimiento médico que requiere la evaluación y supervisión de un médico especializado en ortopedia, ya que el plan de tratamiento es distinto a cada situación.


Artoplastia: reemplazo articular

La artoplastia es un procedimiento quirúrgico en el que se reconstruye o reemplaza una articulación dañada o desgastada. Es comúnmente realizada en articulaciones como la cadera, la rodilla, el hombro y la articulación del codo. El objetivo es aliviar el dolor, restaurar la función y
mejorar la calidad de vida de los pacientes que tienen problemas articulares significativos debido a lesiones, osteoartritis, artritis reumatoide u otras condiciones degenerativas.

En el procedimiento se pueden utilizar materiales como metal, plástico o cerámica para reemplazar las superficies articulares desgastadas o dañadas. También hay técnicas de artroplastia menos invasivas, como la artroplastia artroscópica, que utilizan pequeñas incisiones y equipos especializados para realizar el procedimiento con menos trauma para los tejidos circundantes.


Prótesis de cadera

La prótesis de cadera es un dispositivo médico utilizado para reemplazar una cadera dañada o desgastada debido a diversas condiciones médicas, como la osteoartritis, la artritis reumatoide, fracturas de cadera u otras enfermedades degenerativas de la articulación.

El objetivo principal es aliviar el dolor, mejorar la función articular y permitir que las personas recuperen su movilidad y calidad de vida.

Durante el procedimiento, se extirpa el hueso y el cartílago dañado de la articulación y se reemplaza con componentes artificiales hechos de metal, cerámica o plástico. Se realiza típicamente bajo anestesiageneral o regional (epidural o raquídea), suele requerir una estancia hospitalaria de unos días, dependiendo del paciente y el tipo de cirugía.

Después de la cirugía, se sigue un programa de rehabilitación para ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la movilidad de la nueva cadera. En la mayoría de los casos, los pacientes experimentan una notable mejora en su calidad de vida y capacidad para realizar
actividades cotidianas sin dolor.


Prótesis de rodilla

También conocida como reemplazo total de rodilla, este procedimiento implica la sustitución de una articulación de rodilla dañada o desgastada con una prótesis artificial. Esta intervención se realiza con el objetivo de reducir el dolor, mejorar la función de la rodilla y restaurar la movilidad
en personas que sufren de afecciones articulares graves, como la osteoartritis, artritis reumatoide o lesiones traumáticas severas.

El procedimiento consiste en eliminar las superficies articulares dañadas de la rodilla, incluyendo el extremo inferior del fémur y el extremo superior de la tibia, en algunos casos también la rótula. Luego, se coloca una prótesis hecha de metal, plástico o una combinación de ambos materiales para recrear la articulación de la rodilla. Hay varios tipos de prótesis de rodilla, se elegirá el diseño que mejor se adapte a las necesidades y características del paciente.

El proceso de recuperación después de la cirugía puede variar según cada caso, pero generalmente implica terapia física y ejercicios para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y mejorar la movilidad.


Prótesis de hombro

El hombro es una de las articulaciones más móviles del cuerpo humano, lo que lo hace propenso a lesiones y problemas degenerativos a medida que envejecemos. Cuando el daño en el hombro es severo y no responde al tratamiento conservador, como terapia física o medicamentos, la cirugía de reemplazo articular puede ser una opción. 

El objetivo es mejorar la función, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente. La cirugía de reemplazo de hombro generalmente se recomienda para personas con condiciones como osteoartritis, artritis reumatoide, fracturas severas o lesiones irreparables del manguito rotador.

El proceso de colocación se realiza bajo anestesia general y puede requerir un par de días de hospitalización. La cirugía implica reemplazar las superficies dañadas del hombro con componentes artificiales. Existen diferentes tipos de prótesis de hombro, incluyendo prótesis totales y parciales (hemiartroplastia). La recuperación después de la cirugía puede llevar varias semanas o meses y generalmente implica fisioterapia para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad del hombro. Los pacientes suelen experimentar una notable mejora en el dolor y la función del hombro después de la cirugía, permitiéndoles retomar muchas de sus actividades cotidianas.